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jueves, 26 de julio de 2012

El futuro de las empresas

Esta entrada ya la empezamos mal, o sea que la acabaremos peor...

Un título alternativo podría ser que se espera de las empresas en el siglo XXI.

Está claro que la empresa ha sido a lo largo de los siglos XIX y XX una de las herramientas importantes del capitalismo (por no decir la más importante) para conseguir su propósito e imponerse como el principal modelo económico del mundo.

Así ha permitido "explotar" la clase obrera (otra de las consecuencias del capitalismo fue la aparición de las clases) para aprovecharse de su esfuerzo e ir entregando productos a mercados vírgenes ávidos de poseerlos y de esta manera enriquecer al "amo" o a los propieparios.

No importaba nada, ni la legislación (si la había), ni la ética, ni el medio ambiente, ni la salud de los trabajadores, su autoestima, ni la opinión de los clientes, ni los proveedores, nada era tan importante como generar el máximo dividendo a los poseedores de la propiedad de la empresa.

Pero algo está cambiando, como mínimo a nivel de pequeñas y medianas empresas, el nuevo siglo está trayendo nuevas tendencias sociales y económicas que están haciendo temblar los pilares de capitalismo.

Debido a los nuevos requisitos de la producción, se necesita encontrar personas (no "recursos humanos", recordad que las personas no somos recursos, somos personas) que estén cualificadas y que no sólo aporten a su trabajo unas manos o pies (es decir, trabajo bruto) sino que también pongan su cerebro en el trabajo y si queremos que la empresa vaya mejor incluso el corazón.

Deberemos seleccionar bien el personal, formarlo durante el tiempo que esté en nuestra empresa (sí, eso cuesta dinero) y asegurarnos que el entorno de trabajo le permite desarrollarse profesionalmente

De esta manera, la balanza entre el empresario y el personal se está equilibrando.

Por tanto las empresas en el siglo XXI deberán disponer de buen personal y "cuidarlo", así como preocuparse que no se vaya.

Los proveedores, tradicionalmente estrujados cada vez que se necesita un recorte de costes, se convertirán en potenciales aliados o socios tecnológicos debido a la necesidad de nuevas tecnologías y materiales y la dificultad de desarrollarlos en solitario.

Los clientes,  deberán empezar a importar, no solo al propietario sino a todo el personal. Se les deberá mimar porque de ellos dependerá nuestra supervivencia en un entorno más competitivo. No sólo entregar excelentes productos diseñados y producidos para satisfacer sus necesidades, sino que lo haremos con un trato exquisito.

Pero donde más cambiarán las empresas en el siglo XXI será en su vertiente social, deberán ser herramientas no sólo del lucro de sus propietarios (algo lícito) sino también de un cambio social profundo ya que deberán transmitir valores, repartir riqueza, mejorar el entorno (mediambiental y social), sponsorizar actividades culturales, lúdicas, pagar todos los impuestos que le tocan...

No sé si viviré para verlo, pero ya hay empresas que empiezan a seguir esta dirección, creo firmemente que no es una alternativa, sino el único camino para su supervivencia.